viernes, 13 de junio de 2014

13:44

En aquel parque por el que nadie camina a estas horas
los aspersores lloran desgarradamente sobre el césped
durante un día de brisa holgazana y vientos cansados.

En el pequeño boulevard de tierra se ve a alguien, a ella...

Ella pasea con los pies despreocupados de zapatos,
en un puño lleva un poco de escarcha del recuerdo,
un pedacito de memoria de varios pecados de marzo.

Ella se empapa en los aspersores y se entusiasma,
se sumerge en suspiros de errores sumarísimos
de hace siete años de olvidos y veranos estancados.

En aquel parque por el que nadie camina a estas horas
el césped se alimenta de las lágrimas de los aspersores
y ella anda empapada con los pies despreocupados.