miércoles, 19 de noviembre de 2014

00:04

No me confesaré con labios cenicientos
ante este dolor que no merece escuchar
mis palabras cuando mueren las estrellas
que tanto han hecho por mantenerme.

Cerraré la fábrica de nostalgia nocturna,
le inyectaré anestesia a este placer inútil,
a esta plegaria idiota, sumisa y recurrente.

No me recrearé mucho más en la vigilia,
el sueño espera paciente, me entregaré,
me entregaré...

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