jueves, 24 de julio de 2014

17:45

Marchas con puños prietos que fueron mano,
con su nombre marcado con nuevo silencio.
Marchas a las sombras, las cálidas y húmedas,
las que te vieron nacer, las que tanto prefieres.
Marchas a la oscuridad de las brasas de agua,
del desconocido, desandas lento tu confianza.
Marchas con dirección Exilio, a sentirte extraño,
a buscar el olvido, el perdón, la tierna ignorancia.
Marchas pero ahora, dubitativo, te has parado,
miras atrás, quizá la columna de sal tenga vida.

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