miércoles, 4 de febrero de 2015

07:28

Se ha acabado el tiempo:

De trabajar las tierras de la tristeza,
plantar pepitas de pena y pesar
reservadas en rincones rancios.

De cosechar cajones de ceniza,
triturar el tiempo tiranizado
hasta que manifieste sus mentiras.

Ha llegado el momento:

De demoler el dolor depositado
y puesto a empeorar en bodega,
pensado para poemas en petaca.

Y volver a sembrar,
volver a sembrar…

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