sábado, 14 de febrero de 2015

15:27

Me iré, susurrando con los ojos,
silbando perlas en pestañas
desde dentro, sin desgarrar,
dejando la desesperación,
 mordiendo con los párpados,
masticando lento el amanecer
en que decida dejarte escapar.

Cantaré mis lagrimas bajito,
una tonada de abandono
con redoble de liberación.
Dejaré que cuelguen en mi rostro,
serán mis medallas por una retirada,
insignias del amor bien hecho.
Las ostentaré en las mejillas marcadas
por su profunda marcha gravitatoria,
las llevaré en homenaje a tu ausencia,
en honor del coraje reunido para huir.

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