martes, 5 de mayo de 2015

03:43

Tus dedos tocan una triste y tosca tonada,
mi cuerpo comprende que ha de colaborar
y baila perdido entre tus brillantes burlas.
Mi cuerpo gira, se torna débil en tus dedos,
las piernas, blandas, están delgadas y torpes
y se deslizan desenfrenadas bajo tu tiranía.

Tus manos atadas a mis mustios brazos
agitan los cordones que me agarran,
los que me unen a tus hilos de venganza.
Mis piernas penetran veloces el viento
mientras tú las estiras con tus cadenas,
tus manos me mueven, soy marioneta.

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