lunes, 11 de mayo de 2015

04:10

Mi pequeño lunático permanece aparcado,
vive a un lado de una ventana que lo aleja,
trinchera desde la que mira nuestro mundo
y mis días deslustrados por sus demencias.

Mi lunático camina calmo por mi cuerpo
sonriente y silencioso, vestido de años,
de tiempo del que me ha ido despojando,
se sabe, el pequeño, vencido y devastado.

Mi pequeño cree que me ha desviado
o que me ha desquiciado en mi camino,
mi lunático piensa que me destrozaron
sus travesuras de pequeño bastardo.

Lo que mi pequeño lunático desconoce,
lo que no sabe, es que hoy lo despido.
Me desprendo no sin cierta angustia,
no sin cierta ansiedad de años sanos,
de tiempos y vientos auténticos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario