Eres reloj marcando “vida y
media”.
Eres cauce que fluye nubes y
arena,
eres voz torrencial que susurra
ríos
y hojas verdes que esperan
pacientes,
que aguardan en la otra orilla
ya secas.
Eres caballo de vientos que
galopan
hacia un destino de altura y
vértigo,
un horizonte aún lejano pero
cierto,
un lugar donde tus pasos poco
importan.