Tus dedos tocan una triste y
tosca tonada,
mi cuerpo comprende que ha de
colaborar
y baila perdido entre tus
brillantes burlas.
Mi cuerpo gira, se torna débil
en tus dedos,
las piernas, blandas, están delgadas
y torpes
y se deslizan desenfrenadas
bajo tu tiranía.
Tus manos atadas a mis mustios brazos
agitan los cordones que me agarran,
los que me unen a tus hilos de venganza.
Mis piernas penetran veloces
el viento
mientras tú las estiras con
tus cadenas,
tus manos me mueven, soy
marioneta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario