jueves, 18 de junio de 2015

04:21


"Hay que ser infinito y morir cada noche."
Isabel Salgado

El rencor adiestró con esmero
a los dientes de mi memoria,
él les enseñó a mis recuerdos
a morderme mientras duermo.

El rencor y su fea persistencia
acariciaron las pieles amargas
de mis días ásperos de soledad,
de mis noches de ácida rabia.

El rencor me ha amascotado,
me ha convertido en esto:
en enfado fácil y de risa débil,
en dolor hondo y de placer difícil.

Mi rencor es de un excesivo infinito,
me ha suicidado demasiadas noches.

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