¿Estás volando?
Viejo y majestuoso, ¡Oh!
Caballero del Cielo.
Amigo de las nubes,
todos te miran, expectantes.
Las hormigas te contemplan
en su diminuto respeto
que roza el escepticismo
y el sarcasmo.
Temiendo que puedas caer,
esperando...
siempre esperando,
nadie sabe a que.
Que la vida continúe.
Tu nave-corcel con sus velas,
pezuñas,
uñas,
caballos de fuerza,
motor,
su ilusión;
tu rocín sublime y esplendoroso
vuelva a surcar los cielos
del subterráneo
de los mares de más allá de la vida.
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