El viaje ha sido agotador y te han mezquinado amaneceres.
Has visto:
números, ebriedad, deber,
dibujos en un papel
y gente que se adueña de estrellas.
El pájaro mecánico sigue varado,
el soldado mira al cielo,
el correo ha llegado a su destino
tras la feroz mordida
de la traición más amistosa.
Las estrellas le sonríen
con melena de acuarela dorada.
Una suerte de música trágica
se extiende en el espacio,
la pequeña roca blanca viaja
con el solitario miembro real,
su capa, su cordero, su inocencia,
y su amiga verde y espinosa.
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