Se sienta en un banquito,
solo, bajo el sol de muerte
de este verano desolador.
Se sienta y mira el pasar
grácil de las yeguas
en el asfalto y el granito.
Y silba, y dice cosas:
"Trabaje usted poco y gane mucho"
o
"En la próxima todo mejor".
Se sienta y siente la brisa
tras cincuenta años de ojos
azules y barba blanca.
Se sienta y siente su mate
amargo pero con moreno.
Se sienta y no vacaciona
porque el tiempo le pasa
más cómodo cuando trabaja.
Se sienta y siente que este,
tal vez, sea su lugar.
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