Me crucifico en el viento para que llueva música
y que me empapen canciones gritadas por la calle.
Voy arañando el aire, rasgándolo con los dedos,
abriendo las manos, rastrillando la arena invisible.
Me clavo cada gota, finos clavos, en la garganta
y le grito a la nube arisca que pasa que llore,
que me regale unas lágrimas para mis canciones,
esas notas que vocifero, ese idioma de loco lindo
que aprendí cuando salí de mi cama esta mañana.
Me crucifico en el viento, voy arañando el aire.
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