Adquirí esa clase de viento que se oculta
en las curvas de las estaciones,
en los amores donde las grietas parasitan
y ocupan con cenizas de hielo los recuerdos,
en los suspiros que se apiñan dentro del polvo.
Compré un pasaporte al insomnio,
una estancia perfumada por un futuro salado
y fragancias de un colchón que no ha conocido el placer.
Me regalaste el ultimo barrote que ataría mi vida
a este barranco, estos acantilados inhóspitos
y me anclaría a algo acabado,
un trozo de madera estancada en el vacío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario