miércoles, 13 de marzo de 2013

Insomnio


En los labios casposos de la madrugada
las uñas viejas besan los cabellos rotos
de la calma, los parpados en naufragio,
la barba que bosteza ideas consumidas.

Hienden los oídos los primeros cantos
del agua que babea fuera de la caldera,
los puños se fruncen sobre las tazas,
sostienen las cejas con golpes de café.

La frente del cielo comienza a palpitar, se huele el sol y estas letras siguen sin dormir.

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