miércoles, 13 de marzo de 2013

El que no me tomé con Marco

Sentí muy próximo un dolor lejano,
una palabra del diccionario
que ahora no acierto a recordar.
Un vocablo cercano al olvido
pero en su acera opuesta.

Algo así como querer algo
que apenas se puede apreciar,
la tormenta de aquel verano,
el río que pasaba por mi pueblo
y se secó,
la lágrima enjugada en el pañuelo
después de tantas disputas.

Así como un mirar traspasado
por la persistencia de la memoria,
hilvanado de experiencias
que ahora están desparramadas
en la mesa del comedor,
a un lado del pan mordido,
con las penas del vino.

Un regusto entre amargo y dulce, un resabio a mate mal cebado.

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