miércoles, 13 de marzo de 2013

Poesía por encargo I


Llenos de placer se encuentran
los ojos que lamen a consciencia
el helado de menta a distancia.
Dos pequeños granos de arena,
parte de un reloj cósmico,
-un universo contenido-
ven pasar los sueños violetas
en forma de ventisca y nieve
fuera de esa cárcel de cristal
que encapsula un trozo de costa.
Mientras las partículas de playa
se deslizan por un cuello
         casi intangible
              de cisne,
    cúmulos, montañas,
-experiencias acumuladas-
que se encuentran debajo del mar,
junto a navíos, aletas y osamentas.
Mientras, la niña de la superficie
sigue deleitándose con su postre.
La menta se acaba, es hora
de juntarse con los azules cielos
de las montañas. En las profundidades.

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