miércoles, 13 de marzo de 2013

Cuadros de una exposición II

El último perro vagabundo
se junta con la mugre
de las uñas de su amo.
"Somos dos perros, dénnos de comer".

Empieza su jornada laboral.
El hocico inmóvil
de vez en cuando gime
desde los huesos con hambre.

Los ojos miran sin quererlo,
preferirían no ver la crueldad
de los ciegos paseantes,
esa brutal indiferencia.

La mano sumisa espera
a que la boca emita
unas palabras,
ecos de la moneda que cae en el vaso.

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